ARTÍCULO ORIGINAL
Presencia de
factores de riesgo de malnutrición en centenarios diabéticos
Dra. Anyelien
Pimienta Suri,I Dra. Juliette Massip Nicot,II Dr. Asterio
Valdés Valenzuela,II Dra. Tania Massip NicotIII
I Facultad de Ciencias Médicas
Comandante Manuel Fajardo. La Habana, Cuba.
II Hospital Universitario General Calixto García. La Habana, Cuba.
III Centro Municipal de Higiene y Epidemiología. Plaza de la
Revolución. La Habana, Cuba.
RESUMEN
Fundamentos: estudiar a los centenarios es la
mejor forma de comprender la longevidad satisfactoria y poder establecer un
modelo del envejecimiento con éxito, pero también es el estudio de la historia
de sus contribuciones, desafíos y triunfos. Se evaluó el estado nutricional de
los centenarios diabéticos así como se exploraron variables relacionadas con la
enfermedad y factores de riesgo de malnutrición seleccionados.
Métodos: se realizó
un estudio descriptivo de corte transversal donde se estudiaron en 35
centenarios diabéticos de La Habana, el índice de masa corporal, problemas
dentales, bajos ingresos económicos, inmovilidad, polifarmacia, deterioro
cognitivo, hábito de fumar y de ingerir bebidas alcohólicas. Se calcularon las
medias y desviaciones estándar.
Resultados:
predominaron las mujeres con respecto a los hombres; se distribuyeron según la
edad entre los 100 y 104 años. Los centenarios diabéticos no mostraron
afectación del estado nutricional para los problemas dentales, bajos ingresos
económicos, polifarmacia y sí para el deterioro cognitivo, la dificultad en las
actividades diarias, ingestión de bebidas alcohólicas.
Conclusiones: los
centenarios diabéticos presentaron dificultad en las actividades diarias,
ingestión de bebidas alcohólicas, deterioro cognitivo, mostraron desnutrición.
Para este último se encontró asociación estadísticamente significativa con la
circunferencia de la pantorrilla. El resto de los factores de riesgo de
malnutrición estudiados no tuvieron implicación en el estado nutricional de los
centenarios diabéticos.
Palabras clave: centenarios, diabetes mellitus
tipo 2, factores de riesgo.
ABSTRACT
Background: studying centenarians is the
best way to understand the successful longevity and to establish a successful
aging model, but it is also the study of the history of their contributions,
challenges and triumphs. The nutritional status of diabetic centenarians was
assessed and, there also were explored selected variables related with the
disease and malnutrition risk factors.
Methods: it was
carried out a descriptive cross-sectional study, studying body mass index,
dental problems, low incomes, immobility, polypharmacotherapy, cognitive
impairment, smoking and alcoholic consumption in 35 diabetic centenarians of La
Habana province. Media and standard deviation were calculated.
Results: women
predominated over men; centenarians were distributed according to age between
100 and 104 years. Diabetic centenarians showed no impairment of their
nutritional status for dental problems, low incomes or polypharmacotherapy, but
their nutritional status was harmed for cognitive impairment, disability and
alcohol consumption.
Conclusions: diabetic
centenarians showed disabilities for their daily activities, alcohol
consumption, cognitive impairment and malnutrition. For the last parameter, it
was found a statistically significant association with calf circumference. The
rest of the studied malnutrition risk factors had no involvement in the
nutritional status of diabetic centenarians.
Key words:
centenarian, diabetes mellitus type 2, risk factors.
INTRODUCCIÓN
El estado nutricional de
los ancianos está determinado por los requerimientos y la ingesta; ellos a su
vez son influenciados por otros factores, como la actividad física, los estilos
de vida, la existencia de redes sociales y familiares, la actividad mental y
psicológica, el estado de salud o enfermedad y restricciones socioeconómicas.
Cualquier evaluación del estado nutricional, por lo tanto, debe incluir
información sobre estos factores, con el objeto de entender la causa de
posibles deficiencias, diseñar las intervenciones correctivas y evaluar su
eficacia.(1)
El envejecimiento produce
cambios fisiológicos que afectan la necesidad de muchos nutrientes esenciales.
No obstante, incluso la última edición (2005) de las recomendaciones
nutricionales diarias de los Estados Unidos (RDAs) continúa proporcionando
guías sólo para el grupo de 51 años y más, a pesar que existen diferencias
importantes entre los requerimientos de un individuo de 60 años y los de 70, 80
o 90 años.(2)
Los requerimientos
energéticos declinan con la edad en asociación con la pérdida de masa magra y
la disminución de la actividad física. La ingesta energética disminuye más aún
en los más ancianos, a causa de incapacidades que limitan su actividad física.(1)
Experimentos en animales
muestran que la restricción energética aumenta la longevidad y hay alguna
evidencia que esto también podría ser aplicado en humanos. Si ello es así, la
subnutrición del anciano podría ser una adaptación fisiológica al proceso de
envejecimiento. Sin embargo, se debe ser muy cuidadoso al definir y aplicar
este concepto, porque aunque se trate de dietas con baja densidad energética no
se debe descuidar el aporte de las principales vitaminas y micronutrientes,
como asimismo un adecuado balance entre macronutrientes.(3)
En el anciano también se
acentúan otros cambios de tipo bioquímicos como la disminución de la tasa
metabólica basal, las alteraciones en el metabolismo de la glucosa y de los
lípidos. Todos estos cambios hacen al adulto mayor más vulnerable al desarrollo
o complicaciones de diversas enfermedades, que comprometen su estado de salud y
la capacidad funcional.(3) En el mundo existen pocos estudios
referidos sobre antropometría, composición corporal y la asociación con
enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes mellitus tipo 2.
Por lo anterior, se
considera necesario promover estos estudios, que sirvan para apoyar el
desarrollo de programas de salud, encaminados a disminuir las influencias
negativas que algunos de estos factores biosociales puedan ejercer sobre la
anatomía del anciano y más que del anciano, del centenario.
En el anciano se acentúan
cambios que hacen al adulto mayor más vulnerable al desarrollo, o
complicaciones de diversas enfermedades, que comprometen su estado de salud y
la capacidad funcional.(1,3)
La presente
investigación, propone la caracterización desde el punto de vista funcional y
cognitivo de nuestros centenarios, estimando la existencia de diferentes
indicadores que nos permitan definir de forma práctica y operacional el
concepto de “envejecimiento satisfactorio”, aplicado a nuestra
población centenaria, así como cuáles son los factores biopsicosociales y
ambientales, que influyen en la longevidad satisfactoria.
MÉTODOS
Se realizó un estudio
observacional, de corte transversal, en centenarios diabéticos de La Habana, en
el período comprendido entre enero y diciembre de 2010.
Para este estudio se
seleccionaron los 35 centenarios diabéticos conocidos de todas las áreas de
salud del municipio Plaza de la Revolución.
Todos los centenarios
participantes en la investigación dieron su consentimiento informado o en su
defecto sus cuidadores principales.
Para la recogida de la
información se utilizó una entrevista estructurada (anexo), que fue
confeccionada por los investigadores y validada a través de un prepilotaje, a
una muestra no probabilística de 10 ancianos entre 80 y 90 años, y de un
pilotaje en 24 centenarios del municipio Plaza de la Revolución. Esta
entrevista se le aplicó al centenario, a su cuidador o a ambos; de acuerdo al
estado mental y de salud del centenario. Fue realizada por un equipo de
geriatras entrenados previamente.
Análisis estadístico
El almacenamiento de los
datos se realizó mediante la utilización de un sistema de bases de datos
(Microsoft Access para Windows Seven) y su tratamiento, a través del sistema
SPSS, versión 11.5.
Se utilizaron medidas de
resumen de variables cuantitativas como la media, la desviación estándar. Se
calcularon intervalos de confianza para la media (IC), con un 95 % de
confiabilidad. Se realizaron pruebas de comparación de medias (t de Student)
con un nivel de significación de 0,05.
Los resultados se presentan
en tablas que fueron analizados para emitir conclusiones en concordancia con
los objetivos propuestos.
RESULTADOS
En la tabla
1, se presenta una distribución de los centenarios según la edad y el sexo,
resultando que el total de centenarios fue de 35, distribuidos entre los 100 y
104 años de edad.
Para el sexo masculino la
distribución se comportó con un individuo en cada edad, para un 25 %, excepto
en los 101 años, donde no se registraron ancianos. En el sexo femenino donde
mayor número de personas se observó fue en la edad de 102 años, con 10 mujeres,
para un 32,36 %, y en la edad de 104 años fue donde menor registro hubo, con
solo 3 personas.
Por sexo hubo 31 (85,71
%) del sexo femenino y 4 (14,29 %) del sexo masculino.
Tabla 1. Distribución de centenarios
diabéticos según edad y sexo
Edad |
Sexo |
|||
Masculino |
Femenino |
|||
No. |
% |
No. |
% |
|
100 |
1 |
25,00 |
5 |
16,13 |
101 |
0 |
0,00 |
9 |
29,03 |
102 |
1 |
25,00 |
10 |
32,26 |
103 |
1 |
25,00 |
4 |
12,90 |
104 |
1 |
25,00 |
3 |
9,68 |
Total |
4 |
100,00 |
31 |
100,00 |
% total |
14,29 |
85,71 |
||
Media |
102,3 |
101,6 |
||
p |
0,0830 |
Globalmente vemos que los
ancianos con dificultad en las actividades diarias tienen valores promedios de
peso por debajo de los que no presentan dificultad.
En el caso del peso la
media para los que no tienen dificultad en las actividades diarias fue de 51,14
Kg, y de 47,34 Kg para los que sí la tienen, existiendo una diferencia de 3,80
Kg entre ambos grupos.
La media del peso para
los que no tienen deterioro cognitivo fue mayor en los ancianos que no tenían
deterioro cognitivo con respecto a los que sí lo tenían (49,33 kg y 47,06 kg,
respectivamente)
La media del peso fue superior
en los que no presentaban problemas dentales, con una diferencia de 6,9 Kg
entre ambos grupos. (Tabla 2)
Tabla 2. Peso medio de los centenarios
diabéticos atendiendo a la presencia de factores de riesgo
Factores de riesgo |
Presencia de factores de riego |
p |
||||
No |
Sí |
|||||
Peso |
Peso |
|||||
Media |
IC |
Media |
IC |
|||
Dificultad para las ABVD |
51,14 |
[44,82-55,46] |
47,34 |
[42,55-51,92] |
0,3364 |
|
Deterioro Cognitivo |
49,33 |
[44,87-53,80] |
47,06 |
[40,74-53,38] |
0,5170 |
|
Problemas dentales |
53,2 |
[44,45-61,95] |
47,21 |
[43,24-51,19] |
0,1764 |
|
Bajos ingresos |
50,14 |
[45,76-54,53] |
44,00 |
[38,28-49,72] |
0,0999 |
|
Polifarmacia |
47,32 |
[41,77-52,88] |
49,25 |
[44,20-54,30] |
0,5815 |
|
Hábito de fumar |
48,39 |
[44,60-52,17] |
47,5 |
[15,73-79,27] |
0,8944 |
|
Ingestión de bebidas alcohólicas |
48,90 |
[45,21-52,59] |
43,67 |
[18,66-68,67] |
0,3431 |
|
La media para el Índice
de Masa Corporal (IMC), en los que no tienen deterioro cognitivo fue de 19,68
kg/m2 (estado nutricional normal para este parámetro), y para los centenarios
con deterioro cognitivo fue de 15,12 Kg/m2 lo que significa que
presentaron un Déficit Energético Crónico (DEC) grado III.
La media para el IMC fue
superior en los que no presentaron problemas dentales, no obstante, el estado
nutricional de ambos grupos de acuerdo a este parámetro antropométrico fue
normal.
La media para el IMC fue
de 19,80 Kg/m2 en los que no presentaron dificultad en las
actividades diarias, es decir, que su estado nutricional de acuerdo a este
parámetro antropométrico fue normal, mientras que para los centenarios con
dificultad en las actividades diarias fue de 16,61 Kg/m2, lo que
significa que presentaron un DEC grado III. (Tabla
3)
Globalmente los ancianos
con problemas dentales tienen valores promedios de IMC por debajo de los que no
lo presentan.
Tabla 3. Media de IMC en centenarios
diabéticos según factores de riesgo
Factores de riesgo |
Presencia de factores de riesgo |
p |
|||
No |
Sí |
||||
Índice de masa corporal |
Índice de masa corporal |
||||
Media |
IC |
Media |
IC |
||
Dificultad para las ABVD |
19.80 |
[12.84-26.75] |
16.61 |
[12.39-20.82] |
0.4434 |
Deterioro Cognitivo |
19.68 |
[15.49-23.87] |
15.12 |
[9.39-20.86] |
0.1884 |
Problemas dentales |
23.68 |
[19.79-27.57] |
22.20 |
[20.42-23.97] |
0.4480 |
Bajos ingresos |
23.15 |
[21.15-25.15] |
20.86 |
[18.76-22.96] |
0.1605 |
Polifarmacia |
21.94 |
[19.94-23.93] |
22.97 |
[20.45-25.49] |
0.4957 |
Hábito de fumar |
22.63 |
[21.00-24.26] |
20.49 |
[10.63-30.35] |
0.4588 |
Ingestión de bebidas alcohólicas |
22.65 |
[20.96-24.36] |
21.07 |
[19.00-23.15] |
0.5150 |
La circunferencia del
brazo en los no afectados con deterioro cognitivo promediaron con 23,88
cm, clasificados según este indicador antropométrico como un estado nutricional
óptimo y para los que si presentan deterioro cognitivo el valor promedio fue de
21,99 cm, inferior con respecto al otro grupo y clasificados como desnutridos
leves.
Los que no presentaron
dificultad en las actividades diarias promediaron con 24,66 cm,
clasificados según este indicador antropométrico como un estado nutricional
óptimo y para los que si presentan dificultad en las actividades diarias el
valor promedio fue de 22,45cm, inferior con respecto al otro grupo y
clasificados como desnutridos leves. (Tabla 4)
En cuanto a la
circunferencia braquial la media de los que no poseen problemas dentales
corresponde con un estado nutricional de sobrepeso grado I (25,70 cm), los que
sí tenían problemas dentales no tienen afectación de su estado nutricional.
Tabla 4. Media de la circunferencia
braquial en centenarios diabéticos según factores de riesgo
Factores de riesgo |
Presencia de factores de riesgo |
p |
|||
No |
Sí |
||||
Circunferencia braquial |
Circunferencia braquial |
||||
Media |
IC |
Media |
IC |
||
Dificultad para las ABVD |
24.66 |
[22.12-27.20] |
22.45 |
[20.79-24.11] |
0.1844 |
Deterioro Cognitivo |
23.88 |
[21.90-25.85] |
21.99 |
[19.2-24.06] |
0.1698 |
Problemas dentales |
25.70 |
[21.56-29.84] |
22.60 |
[20.84-24.37] |
0.1196 |
Bajos ingresos |
23.57 |
[21.57-25.57] |
22.25 |
[19.15-25.35] |
0.4444 |
Polifarmacia |
22.62 |
[20.07-25.17] |
23.69 |
[21.46-25.92] |
0.4976 |
Hábito de fumar |
23.14 |
[21.43-24.86] |
23.60 |
[18.52-28.68] |
0.8801 |
Ingestión de bebidas alcohólicas |
23.48 |
[21.79-25.16] |
20.80 |
[11.53-30.07] |
0.2827 |
La circunferencia de la
pantorrilla se puede observar que los que no presentaban problemas dentales
tuvieron una media de 32,8 cm lo que indica nutrición adecuada y los que sí, la
media fue de 27,71 cm indicando nutrición deficitaria.
Se constató, además, que
no hubo afectación del estado nutricional para los indicadores antropométricos
de la circunferencia de la pantorrilla y la circunferencia braquial (con medias
de 29,76 cm y 22,50 cm, respectivamente) en el grupo de los que sí tenían bajos
ingresos. El estado nutricional para estos individuos es adecuado.
La diferencia entre
ambos grupos no muestra valores significativos para ninguno de los indicadores
antropométricos.
La circunferencia de la
pantorrilla mostró valores promedios en los afectados de 30,88 cm, indicando
nutrición adecuada, y en los afectados de 26,18 cm indicando nutrición
deficitaria.
Para este último
parámetro antropométrico la "p" fue significativa, con un valor de
0,0127.
Los centenarios que no
presentaron dificultades para las actividades de la vida diaria tuvieron una
media de 32 cm, lo que indica que no presentaron problemas nutricionales, y los
que sí tenían dificultad en las actividades diarias, la media fue de 27,56 cm,
indicando afectación nutricional.
Para este último
parámetro antropométrico la "p" fue casi significativa con un valor
de 0,0567. (Tabla 5)
Tabla 5. Media de la circunferencia de la
pantorrilla en centenarios diabéticos según factores de riesgo
Factores de riesgo |
Presencia de factores de riesgo |
p |
||||
No |
Sí |
|||||
Circunferencia pantorrilla |
Circunferencia pantorrilla |
|||||
Media |
IC |
Media |
IC |
|||
Dificultad para las ABVD |
32,00 |
[26,24-37.76] |
27,56 |
[25,51-29,61] |
0,0567 |
|
Deterioro Cognitivo |
30,88 |
[28,67-33,09] |
26,18 |
[23,11-29,24] |
0,0127* |
|
Problemas dentales |
32,84 |
[26,98-38,70] |
27,71 |
[25,25-30,18] |
0,0681 |
|
Bajos ingresos |
29,76 |
[27,24-32,28] |
26,05 |
[20,83-31,27] |
0,1240 |
|
Polifarmacia |
27,10 |
[23,25-30,95] |
30,11 |
[27,36-32,87] |
0,1741 |
|
Hábito de fumar |
28,59 |
[26,15-31,03] |
29,55 |
[20,02-39,08] |
0,8241 |
|
Ingestión de bebidas alcohólicas |
28,73 |
[26,88-30,59] |
28,10 |
[26,41-30,91] |
0,8600 |
|
Se observa que de acuerdo
a este factor de riesgo de malnutrición, la polifarmacia en estos individuos,
tanto para los que presentaban polifarmacia como para los que no la
presentaban, no existió afectación del estado nutricional, según los valores de
las medias de cada uno de los indicadores antropométricos estudiados.
Tampoco la comparación
entre ambos grupos demostró resultados significativos.
Pero parece ser que el
hábito de fumar no ha influido en el estado nutricional de estos individuos
pues los valores de las medias de cada uno de los indicadores antropométricos
no muestran trastornos nutricionales. También se constata que no hay
diferencias significativas entre ambos grupos.
En todos los indicadores
antropométricos las medias fueron superiores para los que no ingerían bebidas
alcohólicas. En el caso del IMC, ambos grupos tuvieron estado nutricional
normal, para la circunferencia braquial, los que si ingerían bebidas
alcohólicas presentaron desnutrición moderada (20,80 cm), mientras que el otro
grupo tuvo un estado nutricional óptimo.
En cuanto a la
circunferencia de la pantorrilla tanto los que no ingerían bebidas alcohólicas
como los que si la ingerían mostraron nutrición deficitaria.
Ninguno de los
indicadores antropométricos mostró diferencias significativas entre los grupos.
En el presente estudio,
los datos en cuanto al sexo y la edad se corresponden con la bibliografía
revisada,(4-8) donde se afirma que la longevidad sigue un patrón
diferente en cada género.
La dificultad en las
actividades diarias, puede ser a la vez causa y consecuencia de malnutrición en
el anciano sano.(9,10) Una persona incapacitada puede desnutrirse
por no poder comprar la comida, por no poder cocinarla, por no poder llevársela
a la boca, o por no poder tragarla adecuadamente. De la misma manera, un
anciano desnutrido irá poco a poco perdiendo su capacidad funcional hasta
llegar a ser totalmente dependiente. Por otro lado las personas con
diabetes de edad avanzada tienen mayor probabilidad de poseer múltiples
factores de riesgo para discapacidad física como resultado de las
complicaciones de la diabetes y mayor riesgo de desnutrición per se.(11)
Como se puede confirmar
los centenarios diabéticos con dificultad en las actividades diarias
presentaron algún déficit nutricional para todos los indicadores
antropométricos estudiados, lo que pudiera hacernos pensar en que la
combinación de ambos estados aumentaría el riesgo de desnutrición todo lo
contrario a los no discapacitados que independientemente de su patología
mantuvieron un estado nutricional dentro de los valores normales para todos los
indicadores; por lo visto la sola presencia de esta enfermedad no es suficiente
como indicador del estado de salud de estos ancianos, pues en ellos resulta
primordial la evaluación del grado de capacidad funcional que habitualmente se
expresa en el desempeño o grado de independencia para la realización de
actividades del diario vivir y precisamente la restricción o falta (resultante
de una deficiencia) de capacidad para enfrentar una actividad de la manera o
dentro de los márgenes que se consideran normales se ha definido como
discapacidad.(12)
Nuestro estudio encontró
resultados similares a otros autores. El profesor Jesús Menéndez Jiménez,(13) estudió a 1905 ancianos en Ciudad de la Habana, demostró que 1 de cada 5
ancianos presentó dificultad en las actividades diarias y de ellos el 56.8% se
encontraban mal nutridos por defecto según parámetros antropométricos y
bioquímicos evaluados y además encontró que la Diabetes Mellitus no
perfiló como una enfermedad importante para el aumento de la discapacidad y por
ende de la desnutrición.
Bayarre y col,(14) estudiosos del tema de la discapacidad encontraron resultados similares
en un estudio realizado en el 2002 en el municipio Jobabo, con 557 ancianos y
plantea que con la acumulación de los años varia la forma y el funcionamiento
del cuerpo humano independientemente de la salud; en su estudio obtuvo una
prevalencia de dificultad en las actividades diarias de un 44.5% asociado
significativamente con déficit en el estado nutricional de esas personas.
Al igual que Lopategui,(15) en su estudio con los centenarios de Ciudad de la Habana donde el 28.8% de su
muestra presento dificultad en las actividades diarias y más de la mitad de
ellos tenían algún déficit energético crónico según el IMC.
Con el deterioro
cognitivo sucede casi igual que con la dificultad en las actividades diarias
(como factores de riesgo de desnutrición en nuestra población), pero se hace
evidente que el déficit nutricional que presentan los centenarios diabéticos
con deterioro cognitivo (según Mini - Examen del Estado Mental del Anciano
MMSE) es mucho mayor, pues con respecto al IMC presentaron un DEC grado III y
la circunferencia del brazo y la pantorrilla también mostraron menores valores
para una mayor deficiencia nutricional de este grupo. Como sabemos la función
cognitiva de un individuo es el resultado del funcionamiento global de sus
diferentes áreas intelectuales, incluyendo el pensamiento, la memoria, la
percepción, la comunicación, la orientación, el cálculo, la compresión y la
resolución de problemas.(16)
El objetivo de la
valoración cognitiva dentro de la valoración geriátrica exhaustiva es
fundamentalmente identificar la presencia de un deterioro cognitivo que pueda
afectar a la capacidad de autosuficiencia del anciano por lo que la incapacidad
física secundaria a ello está muy asociada a la dificultad para la adquisición
de alimentos, su preparación o su ingesta y por consiguiente favorece en gran
medida su desnutrición.(16)
La circunferencia de la
pantorrilla mostró diferencias cuando se compararon los centenarios con
deterioro cognitivo y sin deterioro; y es que se hace necesario destacar que la
masa grasa no es el único componente corporal que ha sido relacionado con
ciertas enfermedades, ya que la masa libre de grasa es también utilizada como
un importante elemento de predicción de la capacidad funcional, movilidad y
mortalidad en algunas situaciones, para ello los indicadores antropométricos
utilizados son la medición del perímetro muscular, como indicativo de la masa
magra corporal y sus modificaciones; se ha demostrado que la circunferencia de
la pantorrilla es una medida más sensible a la pérdida de tejido muscular en los
ancianos que la del brazo, especialmente cuando hay disminución de la actividad
física esta se mantiene más o menos estable durante edades avanzadas y es un
indicador indirecto y confiable de los niveles de masa muscular por el bajo
contenido graso.(17)
En un estudio realizado
con todos los centenarios de La Habana se constató que el 43.62% presentaron
deterioro cognitivo y la mayoría presentaron un estado nutricional aceptable,
seguidos por déficit energético crónico grado I.(15)
Con el MMSE se detectó
que el estado cognitivo de un grupo de adultos mayores de Madrid era mejor en
quienes tenían una alimentación más satisfactoria, es decir, mayor ingesta
alimentaria total, especialmente de frutas y vegetales.(18)
En un estudio
longitudinal llevado a cabo en una comunidad de residentes mayores, las
personas con el nivel más bajo de vitamina C, medido por la ingesta alimentaria
o la concentración plasmática de ácido ascórbico, tenían la peor función
cognitiva (independientemente de edad, enfermedad, clase social u otras
variables del régimen de alimentación).(19) La vitamina K también
puede proteger contra el deterioro cognitivo y la enfermedad de Alzheimer.(20)
Uno de los factores de
riesgo de desnutrición en el anciano son los muy frecuentes problemas
dentales denominados fisiológicos o ligados a la edad poniéndose de manifiesto
en forma de pérdida dental o bien debido a dentaduras no bien adaptadas, que
comprometen la masticación e inducen una inadecuada selección de alimentos,
favoreciendo un ingreso de alimentos deficitario. Y pueden favorecer la
aparición de desnutrición.
Lamya y col,(21) reportaron que las personas sin dientes que no usan dentaduras, o que utilizan
sólo una prótesis total, obtenían resultados más bajos en la gradación del
estado nutricional en comparación con las que usan dos dentaduras artificiales.
Sheiham y col,(22) concluyeron que el número y distribución de los dientes se relaciona con la
capacidad para ingerir ciertos alimentos.
En un estudio realizado
en 400 adultos mayores de Perú se encontró que el 98,0 % eran edéntulos
parciales o totales y los autores creen que esta sea la causa principal de que
el 68,22 %, de ellos, estuvieran malnutridos.(23)
Se evaluaron 438
mexicanos: 76 edéntulos, 113 con 1 a 10 piezas dentales, 124 con 11 a 20, y 125
con 21 o más dientes. Trece de los ancianos edéntulos no usaban prótesis
dentales. La ingesta calórica y el consumo de nutrientes fueron menores que los
valores recomendados para esa población. Las personas sin dientes tienen una
menor ingesta calórica y un menor consumo de carbohidratos, proteínas, fibra
dietética, calcio, hierro y vitaminas B1 y B3, en comparación con las personas
con dientes o las que usan dentaduras artificiales. Lo que certeramente los
hizo concluir que el estado de salud bucal, particularmente el número de
dientes, está asociado con el estado nutricional de los ancianos.(24)
En la investigación
“El ABC de la salud”, participaron 3 075 adultos mayores, entre 70
y 79 años de edad, de Pittsburgh y Memphis. Como parte de este estudio se
comparó, entre edéntulos y déntulos, la ingesta de nutrientes, variables
antropométricas, los cambios de peso, la albúmina y las concentraciones de
lípidos y se constató que el edentulismo está significativamente asociado con
el estado nutricional.(25)
Factores de riesgo bien
conocidos por su vinculación a la malnutrición son los relacionados con los
aspectos socioeconómicos como son los bajos ingresos que impiden obtener
todo el alimento necesario para una adecuada nutrición.
En esta investigación, el
hecho de que los bajos ingresos no se relacionara con los déficit
nutricionales según los indicadores antropométricos estudiados es uno de
los hallazgos más interesantes de este estudio y pudiera explicarse porque
nuestro sistema garantiza similitud en la accesibilidad y utilización de los
recursos para toda la población, siendo considerado como universal, gratuito y
equitativo.
La ausencia de relación
entre los bajos ingresos y la nutrición, contrasta con las inequidades en salud
reflejadas por autores foráneos(26,27) en los que se evidencian las
desigualdades en la atención a los diversos grupos poblacionales, marcadas por
grandes diferencias raciales y entre las clases sociales, fenómenos que no se
observan en Cuba.
Múltiples son los
estudios que vinculan la pobreza o escaso poder adquisitivo con la disminución
en la ingesta de nutrientes y con la desnutrición.(28-30)
Los medicamentos
utilizados en el tratamiento de las múltiples enfermedades crónicas que
acompañan al envejecimiento pueden ser anorexígenos o impedir la absorción de
determinados nutrientes, en éste sentido se conoce la nefasta influencia de la
polifarmacia sobre el estado nutricional.(31)
Los ancianos son el grupo
de edad que más fármacos consumen, aproximadamente el 50 % del total del gasto
farmacéutico. Existen multitud de fármacos que pueden influir tanto en la
absorción, metabolismo y excreción de nutrientes, como en la sensación de
apetito. Es preciso hacer una historia farmacológica completa que incluya todos
los medicamentos recetados por el médico y los que el anciano toma por su
cuenta (analgésicos, laxantes, ansiolíticos, entre otros). Cuantos más fármacos
se consumen más posibilidades de presentar problemas nutricionales.(32)
Múltiples son los autores
que plantean la importancia de la polifarmacia, como causa de desnutrición, en
sus investigaciones.(31,32)
Nuestros resultados
contrastan con lo expuesto en la bibliografía, al no presentar trastorno
nutricional por defecto nuestros centenarios consumidores de más de tres medicamentos
diarios.
El tabaco puede producir
desnutrición principalmente al disminuir el apetito, pero también al aumentar
las necesidades de determinados nutrientes, como por ejemplo la vitamina C, se
ha descrito como los fumadores tienen unas necesidades de esta vitamina hasta
60 veces mayores que los no fumadores.(33)
En nuestro estudio no se
encontró relación entre el hábito de fumar y el estado nutricional evaluado a
través de los indicadores antropométricos. Lo cual se corresponde con trabajos
similares parece que esta situación no ha influido mucho en su nutrición.
Rubal,(34) en un grupo de diabéticos adultos jóvenes tampoco
encontró relación alguna.
No obstante este es un
tema controvertido y muy estudiado en este momento. Varios son los
investigadores que vinculan el hábito de fumar con la disminución en la ingesta
de nutrientes y con la desnutrición.(33,34)
El alcohol es capaz de
cubrir parcialmente las necesidades de energía del organismo desplazando a los
restantes nutrientes de la dieta. Las bebidas alcohólicas no contienen
generalmente proteínas, vitaminas, minerales y otros nutrientes, por lo tanto,
la ingestión de estos puede convertirse en francamente deficitaria en el caso
del consumo regular de alcohol. Hasta la década del 60 las secuelas metabólicas
del alcoholismo se atribuían únicamente a deficiencia dietaria.(35)
La bibliografía hace
referencia a un sinnúmero de investigaciones en diferentes grupos de edades
donde se muestra la íntima relación entre el estado nutricional y la ingestión
de bebidas alcohólicas,(35) pero las investigaciones realizadas en
personas ancianas de 100 años y más, son escasas y se impone la realización de
nuevos estudios.
Se concluye que los
centenarios diabéticos que presentaron dificultad en las actividades diarias,
ingestión de bebidas alcohólicas, deterioro cognitivo, mostraron desnutrición,
para este último se encontró asociación estadísticamente significativa con la
circunferencia de la pantorrilla. Globalmente los ancianos con problemas
dentales tienen valores promedios antropométricos por debajo de los que no los
presentan. El resto de los factores de riesgo de malnutrición estudiados no
tuvieron implicación en el estado nutricional de los centenarios diabéticos.
ANEXO
La entrevista que se
aplicó, está formada por 11 secciones estructuradas de la siguiente manera:
En esta sección se
recogen datos generales del centenario y de su familia.
En esta sección se indaga
acerca de los antecedentes patológicos personales y su efecto sobre la
realización de las actividades diarias.
Además, se investiga
sobre algunos detalles de la salud de los ojos, los oídos, la boca y los
dientes y de la salud reproductiva de la mujer.
También se estudian
estilos de vida, hábitos tóxicos y salud en los 15 primeros años de vida.
Asimismo se hace, en esta
sección, una evaluación de síntomas depresivos, a través de:
En esta sección se
examina el estado funcional del centenario y se pregunta acerca de si recibe
ayuda para la realización de las actividades de la vida diaria y si necesita
algún aparato o medio de apoyo para caminar. Se recurrió a los siguientes
instrumentos:
En esta sección se
acopian datos sobre los medicamentos que el centenario está tomando, si ha
recibido o no transfusiones de sangre y si ha sido o no intervenido
quirúrgicamente. En el caso de las transfusiones y de las intervenciones
quirúrgicas se recoge el número de ellas.
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Recibido: 13 de marzo de
2014.
Aceptado: 20 de abril de 2014.
Anyelien Pimienta
Suri. Facultad
de Ciencias Médicas Comandante Manuel Fajardo. La Habana, Cuba. Correo
electrónico: gnb@infomed.sld.cu
CÓMO CITAR ESTE
ARTÍCULO
Pimienta Suri A, Massip Nicot
J, Valdés Valenzuela A, Massip Nicot T. Presencia de factores de riesgo de
malnutrición en centenarios diabéticos. Rev Méd Electrón [Internet]. 2014
May-Jun [citado: fecha de acceso];36(3). Disponible en: http://www.revmatanzas.sld.cu/revista%20medica/ano%202014/vol3%202014/tema05.htm