EDITORIAL
Una mirada hacia la relación entre salud pública y farmacia
A look to the relationship between public health and pharmacy
MSc. Odalys Sánchez Barrera
Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas. Matanzas, Cuba.
Un tema poco abordado en las revistas biomédicas cubanas y que se considera necesario dado el contexto sanitario en la actualidad y la situación epidemiológica que estamos atravesando en Cuba y en Las Américas, es el tema de la relación entre la salud pública y la farmacia.
Desde el análisis de los determinantes sociales de la salud, se puede apreciar que la salud publica, en tanto es un derecho del pueblo, corresponde no solo al Estado, sino a todos los que vivimos en sociedad, y esta indisolublemente unida a todo lo que nos rodea.
De ahí que se hable de multifactorialidad cuando se analiza el proceso salud-enfermedad, pues son varios los factores que se asocian al cuidado y mantenimiento de la salud en las comunidades.
La salud es fundamental para la satisfacción y el bienestar de la población. Entre las limitaciones para alcanzar un buen estado de salud a nivel global se encuentran: la limitación del acceso a medicamentos de calidad, dificultades en el acceso a profesionales sanitarios capacitados y a la atención médica, recursos humanos sanitarios inadecuados, costes inabordables de la atención sanitaria y baja calificación de los profesionales sanitarios.
Los medicamentos son una parte esencial e indispensable en los servicios de atención sanitaria en todas las culturas y sociedades. Cuando se tiene acceso a ellos, son un componente esencial en muchos de los programas de prevención de enfermedades y en casi todos los tratamientos. A menudo no nos damos cuenta del beneficio potencial de los medicamentos, ya que existe una diferencia entre la eficacia de los medicamentos comprobada en ensayos clínicos y su efectividad real en la práctica. Entre los motivos de esta diferencia se incluyen problemas con la selección del medicamento, las dosis empleadas, una administración inadecuada, la falta de cumplimiento del tratamiento prescrito por parte de los pacientes, las interacciones medicamentosas y entre medicamentos y alimentos, y las reacciones adversas de los medicamentos.
Los farmacéuticos son profesionales sanitarios específicamente capacitados e instruidos que disponen de la autorización correspondiente (por la autoridad estatal o provincial competente), para que gestionen la dispensación de medicamentos a los usuarios y realicen las tareas adecuadas para garantizar la seguridad y el uso eficaz de los medicamentos. Asimismo, cada vez se tiene más conciencia de que facilitar simplemente el medicamento a los usuarios no es suficiente para alcanzar los objetivos del tratamiento.
La misión de la profesión farmacéutica es contribuir a la mejora de la salud y ayudar a los pacientes con problemas de salud para que hagan el mejor uso de los medicamentos.
Esta misión tiene seis componentes: estar siempre disponibles para los pacientes con o sin cita previa; identificar, gestionar o detectar problemas de salud; promover la salud; asegurar la eficacia de los medicamentos; prevenir el daño causado por medicamentos; y realizar un uso responsable de los recursos limitados de la atención sanitaria.
Existen cuatro funciones esenciales de los farmacéuticos, en las que la sociedad y los ciudadanos, para los que trabajan, esperan su participación o supervisión:
1. Preparar, obtener, almacenar, asegurar, distribuir, administrar, dispensar y eliminar medicamentos.
2. Ofrecer una gestión eficaz de los tratamientos farmacológicos.
3. Mantener y mejorar el ejercicio profesional.
4. Ayudar a mejorar la eficiencia del sistema de salud y la salud pública.
En el ano 2012 se emitieron directrices conjuntas FIP/OMS sobre Buenas Prácticas en Farmacia: estándares para la calidad de los servicios farmacéuticos y en el 2013 se definieron las competencias profesionales de salud pública identificadas como fundamentales en la 1a Reunión del Foro de Profesorado Universitario de Salud Pública para la revisión de contenidos en el grado en farmacia. Estas fueron:
Función: valorar las necesidades de salud de la población.
Competencias para la actividad: analizar la situación de salud de la comunidad, identificar los factores condicionantes de la salud, interpretar procesos de salud y enfermedad ámbito de las poblaciones humanas, recoger, procesar y almacenar la información (demográfica y sanitaria), producir indicadores e índices sanitarios, analizar cualitativamente y cuantitativamente los datos, analizar la distribución espacial y temporal de la información sanitaria, valorar la distribución de los riesgos ambientales, biológicos y culturales y valorar las desigualdades en salud.
Otras competencias para la actividad de describir y analizar la asociación y el impacto, de factores de riesgo, problemas de salud y el impacto de los servicios sanitarios, son: generar hipótesis con base científica, diseñar propuestas de investigaciones apropiadas, manejar las técnicas epidemiológicas y estadísticas apropiadas, diseñar instrumentos de medidas y de recogida de datos, procesar y almacenar la información en bases de datos, evaluar la calidad de los datos, manejar las técnicas de investigación de servicios e intervenciones, sintetizar los resultados de manera apropiada, conocer bibliografía pertinente e identificar fuentes de información apropiadas y respetar aspectos éticos de la documentación e investigación sanitaria.
En el caso de las competencias para la actividad de controlar las enfermedades y las situaciones de emergencia, los farmacéuticos deben: verificar la existencia de una situación de emergencia sanitaria, analizar las causas de una situación de emergencia, conocer la eficacia y la seguridad de las medidas de control disponibles, aplicar las medidas y los recursos disponibles, comunicar a población y profesionales información relevante en situación de crisis.
Estas y otras funciones y competencias, garantizan la integración de los servicios farmacéuticas a la atención primaria de salud, por lo que el equipo básico de salud debe contar con sus competencias y desarrollar acciones y capacidades que permitan una mayor eficiencia en este aspecto.
Es en la atención primaria donde juegan un importante rol en el desarrollo de un espíritu de autorresponsabilidad y autodeterminación para estimular en la población el autocuidado que está constituido por las actividades orientadas a cuidar de la salud y a la toma de decisiones relacionadas con la salud de los individuos, la familia, las amistades y los compañeros de trabajo, entre otros. Incluye la automedicación, los autotratamientos sin medicamentos, las redes de apoyo en la enfermedad, y los primeros auxilios en la vida cotidiana. Entre las prácticas incluidas también están la alimentación adecuada, el ejercicio físico, las medidas higiénicas y el manejo del estrés.
Se debe fomentar la automedicación responsable: la selección y el uso por parte del usuario de medicamentos autorizados por la autoridad sanitaria para uso sin prescripción, destinados al tratamiento de enfermedades o síntomas reconocibles por él mismo. En este sentido, forma parte de las actividades del autocuidado de la salud, al igual que el cuidado de la higiene, la nutrición, el estilo de vida, y la influencia de factores socioeconómicos y ambientales. En la automedicación responsable, el usuario trata sus enfermedades o síntomas con medicamentos que han sido aprobados, están disponibles para la venta sin prescripción y que son seguros y eficaces cuando se usan en las condiciones establecidas.
Otros elementos importantes son la farmacovigilancia y la farmacoeconomía. Esta ultima, vital hoy para las transformaciones de la salud publica en aras de mantener nuestras conquistas, es la aplicación del análisis económico en el campo de los medicamentos, su importancia se fundamenta en varios aspectos: optimización de prescripción médica, papel crucial en la comercialización y la distribución de medicamentos, capacidad de mostrar un amplio panorama del impacto social y económico de las enfermedades, como de abrir perspectivas de investigación en varios campos del conocimiento.
A pesar de todo esto, muchos no toman en cuenta el papel de la farmacia como determinante de salud o la subestiman. Una mirada y un análisis profundo de la relación entre salud pública y farmacia, son necesarios.
Recibido: 8 de agosto de 2017.
Aceptado: 8 de agosto de 2017.
Odalys Sánchez Barrera. Universidad de ciencias Médicas de Matanzas. Carretera Central Km 102. Matanzas, Cuba. Correo electrónico: osbarrera.mtz@infomed.sld.cu
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