Tema - Faustino Pérez Hernández, honestidad y entrega

ARTÍCULO HISTÓRICO

 

Faustino Pérez Hernández, honestidad y entrega

 

Faustino Pérez Hernández, honesty and consecration

 

 

Est. Mabelis Pérez del Castillo,I Est.  René Javier Marrero Vega,I Lic.  Joel Juan Vega Díaz,II MSc. Francisca Magdalena Rolo Mantilla,II Lic. Sonia Fuentes García,II Lic. Iraida Santana SantanaIII

I Universidad de La Habana. La Habana, Cuba.
II Centro Provincial de Información de Ciencias Médicas Laudelino González González. Matanzas, Cuba.
III Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas. Matanzas, Cuba.

 

 


RESUMEN

La historia de Cuba la han hecho sus mejores hijos. Entre los que contribuyeron protagónicamente a la etapa que condujo al triunfo de 1959 y la construcción de la sociedad socialista se destaca Faustino Pérez Hernández,  fruto de la tierra espirituana ligado a la historia matancera por más de una página de honestidad y entrega. El principal hospital de la provincia de Matanzas, ubicado en su capital, lleva su nombre. El presente trabajo pretende, en su brevedad, despertar la  necesidad de conocer más profundamente su vida y su obra.

Palabras claves: Faustino Pérez Hernández, personalidades, Revolución cubana, historia.


ABSTRACT

Cuban history has been made by its best children. Faustino Perez, born in Sancti Spiritus and linked to Matanzas by more than one page of honesty and devotion, is among the ones who played  the most important roles in the  stage leading to the triumph of 1959 revolution and the socialist construction. The main hospital of the province of Matanzas, located in its capital, is named after him. The current work pretends to arouse the necessity of knowing deeply his life and his work.

Key words: Faustino Pérez Hernández, personalities, Cuban revolution, history.


 

 

INTRODUCCIÓN

A honrar y reconocer a los hombres que dedicaron sus vidas a  sus conciudadanos y al bien de la humanidad convocaron  dos de los más destacados cubanos consagrados a esa tarea: José Martí y Fidel Castro. El presente trabajo pretende cumplir ese postulado resaltando la personalidad de Faustino Pérez  Hernández, un hombre que supo hacerlo sencilla, humana y humildemente,  según los principios morales y humanos que le fueron inculcados desde la cuna, con los que se identificó y comulgó al estudiar la   obra martiana y por los que se rigió durante toda su vida. Vida fructífera, de luchas, trabajo, honradez y entrega, que lo condujo a vincularse directamente con la provincia de Matanzas, cuyo hospital docente se enorgullece de llevar su nombre.

 

DESARROLLO

Antecedentes familiares

Nació Faustino el 15 de febrero de 1920, en la finca La Larga, Zaza del Medio, en la actual provincia de Sancti Espíritus. Fue el primer vástago de la familia formada por una pareja de campesinos pobres, José Demetrio Pérez Leal, inmigrante canario, y Amada Julia Hernández Rodríguez, cubana nacida en Pinar del Rio, también de ascendencia canaria, y que entre trabajo, miseria y necesidades dieron vida a otros diez hijos.1

Como casi todos los emigrados canarios llegados a Cuba, José Pérez procedía de una familia campesina pobre, y a la agricultura, la actividad que mejor conocía se dedicó en la Isla. Su historia, como la de tantos campesinos en Cuba, estuvo marcada por la necesidad de trabajar durante prolongadas jornadas, bajo el sol y la luna, para sacarle con sus manos y sudor a la tierra ajena el sustento para sí y la familia, siempre en busca de las mejores posibilidades. No escaparon, él y su familia, al desalojo, un fenómeno común en la época que el propietario de tierras utilizaba para deshacerse de los que trabajaban en sus terrenos, entre otras cosas para aprovechar los terrenos atendidos culturalmente y apoderarse de cosechas y productos gratuitamente.

La familia Pérez Hernández vivió en varios lugares- Los Tramojos, Cruz de Neiva, El Obispo-, hasta asentarse finalmente, a inicios de la década de 1930, en una finca arrendada denominada Cañada de Piña, cercana a la flamante Carretera Central, entre los poblados de  Cabaiguán y Guayos, y que posteriormente comenzó a llamarse La Esperanza, probablemente por las grandes esperanzas puestas en ella por sus arrendatarios. Esperanzas que iban acompañadas  de trabajos y obligaciones ineludibles para toda la familia.

Mientras los varones se dedicaban a las actividades agrícolas que sus fuerzas y madurez les permitían paulatinamente, las hembras se iban incorporando a las actividades domésticas y de  atención al ganado menor y las aves de corral. Con solo once años Faustino era ya el boyero que conducía las yuntas durante la preparación de la tierra, junto a otras tareas  que  venía haciendo desde edades más tempranas  como sembrar, escardar, guataquear, recoger cosechas, abrevar, ordeñar  y alimentar el ganado,  seguido de cerca por sus hermanos menores. 

Faustino estudiante

Los hermanos Pérez Hernández, a diferencia de otros niños campesinos de la época residentes en zonas más apartadas de la geografía cubana, tuvieron la posibilidad de estudiar. Faustino comenzó a asistir a una escuela rural existente en Cruz de Neiva, propiedad de un catalán excombatiente del Ejército Libertador en la Guerra de 1895, cuando la familia aún vivía cerca y los pocos años de Faustino le permitían estar exento de muchas obligaciones en la finca. Cuando comenzaron a vivir en Cañada de Piña, al adolescente se le hizo más difícil la asistencia a la escuela, al enfrentar una mayor cantidad de tareas agrícolas que le tomaban más tiempo y tener que recorrer a caballo, con su hermano Carlos a la grupa, los siete kilómetros existentes hasta ella. En varias ocasiones, el combatiente revolucionario se referiría con cariño y agradecimiento a la escuela   “rural y privada de Don Jaime” donde aprendió sus primeras letras.1

Posteriormente la asistencia se hizo más fácil al trasladarse los escolares Pérez Hernández a una escuela recién creada  en las cercanías  de la finca en que trabajaban y vivían, la escuela pública número 21, donde cursaron Faustino y Carlos hasta el sexto grado. De su maestra, Celestina Pérez, el futuro revolucionario admiró y recordó siempre la inteligencia, capacidad, abnegación y patriotismo. Ella y su anterior maestro le inspiraron la idea de alfabetizar, en horario nocturno robado al cansancio y el sueño,  a varios adultos vecinos y jornaleros de la finca que no habían podido estudiar, con el resultado de cuatro personas alfabetizadas: Manuel González, Santiago Cabrera, Anselmo Cabrera y Juan Pérez Leal, tío paterno de Faustino. La influencia y el prestigio alcanzados por la humilde  maestra rural propiciaron que el joven continuara estudiando en los niveles superiores e ingresara a la Universidad más adelante.

Los estudios posteriores de Faustino Pérez podrían atribuirse al azar. No los había previsto su familia ni el mismo. Para la inmensa mayoría de los niños campesinos de la época terminar la enseñanza primaria era casi imposible. Los más de ellos ni siquiera matriculaban. De los matriculados, muchos abandonaban al aprender  los rudimentos de la escritura, la lectura y las matemáticas. En las escasas escuelas rurales la matrícula y continuidad de estudios era muy baja debido a las carencias y a la temprana incorporación de los niños al trabajo para ayudar a las familias. Sin embargo, a lomo de caballo, en horarios irregulares, poniendo el máximo de esfuerzo y aplicación, el joven y curtido Faustino logró vencer los objetivos de la escuela primaria superior asistiendo a una escuela que en Cabaiguán existía, y en el curso académico 1938-1939 matriculó en la Escuela Superior de Segunda  Enseñanza de Sancti Espíritus, devenida Instituto de Segunda Enseñanza en el siguiente curso. Mas la necesidad de asumir sus labores y obligaciones en la finca  familiar, sumada a la carga sicológica de considerar que sus familiares se sacrificaban para permitirle estudiar, provocaron que los estudios transcurrieron casi de forma libre.  Sus resultados académicos fueron bajos, pero el 19 de agosto de 1942 le era emitido el título de Bachiller en Ciencias y Letras, registrado en el folio 40, número 36813 del Ministerio de Educación (denominado entonces Secretaría de Educación).1

Si graduarse de bachiller fue algo no planificado ni esperado por la familia o Faustino, mucho menos lo sería la continuidad de estudios universitarios. Sin embargo, el consejo y la insistencia de personas influyentes del medio social y el vecindario familiar, lograron convencerlo primero a él y después al padre, y  a la convocatoria de este último la familia acordó sacrificarse una vez más en aras de  que uno de sus integrantes continuara estudios en la universidad.

A la hora de decidir qué estudiar el joven se decantó por la carrera de Medicina, llevado por su determinación de ser útil y servir, la misma que lo condujo a la obra alfabetizadora que emprendió anteriormente. Así pues, se convierte en alumno de primer año de la Escuela de Medicina de  la Universidad de La Habana, en el curso académico 1942-1943.

Comienza una nueva etapa en la vida del futuro revolucionario. Por primera vez fuera del seno familiar, con recursos económicos limitados que trata de ahorrar al máximo pues lo hacen sentir en deuda con sus padres y hermanos, Faustino vive en carne propia las necesidades del estudiantado pobre: convivir estrechamente en cuartos de pensiones paupérrimas, pobre alimentación, onerosas matriculas, elevado costo de textos y materiales escolares, escasez de muchos de ellos,  profesores corruptos y mediocres, corrupción del sistema en general. Y cae de lleno en el efervescente medio universitario, siempre propicio a la lucha  y la rebeldía.

El joven campesino llega a La Habana con la ilusión de encontrar un medio social mejor del que había conocido en su campiña natal. Sin embargo encuentra condiciones de pobreza, desigualdad, opresión y corrupción parecidas y mayores en proporción con el tamaño de la gran urbe. Por estos años, paulatinamente, cuaja y se desarrolla su conciencia política.

Los estudios universitarios de Faustino Pérez Hernández se vieron marcados por todo esto, y además por la forma  en que habían transcurrido sus estudios anteriores. Muy difícil le fue enfrentarse y aprobar las materias universitarias. Difícil convivir con el sentimiento de frustración social. Y difícil  sentir que no rendía lo esperado, con todos los miembros de la familia sacrificándose laboral y económicamente por sus estudios.

Para ayudarse económicamente y como vía para garantizar la práctica de sus conocimientos, el estudiante trabaja en el Laboratorio de Análisis Clínico del Dispensario Médico Presbiteriano, sito en la calle Salud 222, a partir del segundo año de la carrera.  De la experiencia y conocimientos obtenidos allí se valió para redactar la tesis presentada y defendida en 1959 para obtener el título de medico: “Profilaxis de las Enfermedades Infecto-Contagiosas”.   Y es que, a pesar de haber aprobado todos los exámenes de las materias correspondientes en diciembre de 1950, Faustino no defendió la tesis hasta después del triunfo de la revolución que contribuyó a hacer, por su renuencia a recibir su título de un ministro golpista y corrupto.

Faustino revolucionario

La simiente del revolucionario se hayan en el conocimiento del pensamiento y la obra martiana inculcados tempranamente por los primeros maestros de Faustino, el uno un excombatiente independentista y la otra una humilde maestra rural. Eso unido al  sentido de honradez, justicia, y honor inculcado y vivido en el seno familiar.

Ambos factores contribuyeron a la participación solidaria del  adolescente, aun sin filiaciones políticas,  en una marcha-protesta popular de los trabajadores tabacaleros de la zona donde vivía en reclamo de mejoras salariales, a mediados de la década del 30. Los organizadores de la protesta, los hermanos Jesús, Carlos y Alfonso Menéndez Larrondo –reconocido líder y mártir proletario el primero- conocían y habían trabajado codo a codo con Faustino en las escogidas de tabaco de la región.1,2

Otro paso en el desarrollo de su madurez política resultó su toma de partido por los combatientes republicanos durante la Guerra Civil española, habida cuenta que hacerlo significó contraponerse a su padre, autoridad y guía de toda la familia, que era partidario de los franquistas.

Pero es el veinteañero estudiante universitario el que comienza a participar en la vida política partidista del país. Vota por primera vez en las elecciones de 1944, y lo hace por el candidato del Partido Revolucionario Cubano (PRC), conocido como Autentico, Ramón Grau San Martin, que gana las elecciones. Como muchísimos otros cubanos pronto se arrepentiría de ello. El accionar político y administrativo corrupto, el despotismo, el fraude, el nuevo auge del bonchismo y otros males políticos y sociales contrarios a la propaganda electoral autentica, lo decepcionan. Faustino se afilia a la Ortodoxia chibasista y hace proselitismo por ella.

Integrado a las luchas estudiantiles, participa junto a otros estudiantes universitarios en la protesta por el aumento del pasaje en los ómnibus y por primera vez es víctima de la represión política al ir a parar a la cárcel.

Tras el golpe de estado del 10 de marzo, frustrada la esperanza ortodoxa que compartía, su accionar político aumenta en vinculación con el movimiento estudiantil. Está presente en la jura de la Constitución del 40, en su velorio en la escalinata universitaria y su posterior entierro en el Rincón Martiano, actividades simbólicas mediante las cuales el estudiantado universitario expresaba su repudio a la dictadura recién instaurada. Es coprotagonista del enfrentamiento a los esbirros que asaltaron la estación de radio desde donde se transmitía “La Universidad del Aire”, programa utilizado por los estudiantes universitarios para denunciar la ilegalidad e inmoralidad del régimen. Y presente está el 15 de enero de 1953 en la protesta por la profanación del busto de Julio Antonio Mella, durante la cual los estudiantes son reprimidos fuertemente y cae mortalmente herido el primer mártir de la Revolución: Rubén Batista Rubio.
 
La profundización de las ideas políticas de Faustino para 1952, puede medirse por su incorporación en calidad de fundador al Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) liderado por el profesor universitario Rafael García Bárcenas, una de las alternativas políticas más válidas que se presentaban,    pues sus objetivos eran derrocar la tiranía por medio de la sublevación armada de sectores militares opuesto al batistato. Desde sus filas acopió medios y materiales de guerra y se preparó para participar en el frustrado asalto al cuartel de Columbia. Así mismo tomó parte en la edición del periódico Vanguardia, vocero clandestino del MNR.

En el año del centenario del natalicio de José Martí, Faustino pone de manifiesto una vez más su filiación martiana, su decisión de lucha y su valentía personal: selecciona pensamientos martianos que condenaban la dictadura y exaltaban la lucha por la libertad y los publica en un folleto con el título de Centenario del Apóstol;3 su firma refrenda la autoría de la compilación.

Forma parte de los jóvenes que participan  en la histórica manifestación que partió de la escalinata universitaria hasta el monumento a Martí en el Parque Central el 28 de enero de 1953, protagonizada por Fidel y otros moncadista y en la nocturna marcha de las antorchas que inauguró la patriótica tradición reeditada cada año por la vanguardia de la sociedad cubana.1,2

A partir de 1953 el nombre de Faustino Pérez Hernández aparece o subyace en cada una de las páginas gloriosas de la historia patria. No estuvo presente en los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes el 26 de julio de 1953, pero visita a los moncadistas heridos que estaban ingresados en la Colonia Española en Santiago de Cuba y e integra el comando del MNR que rescata a Gustavo Arcos, moncadista convaleciente bajo custodia policial en el Hospital Ortopédico de La Habana.

La lectura de La Historia me Absolverá, su coincidencia con los ideales y objetivos expuestos allí por Fidel, conducen a Faustino a un acercamiento más y más profundo al grupo moncadista. Se convierte en asiduo visitante del apartamento de la calle Jovellar donde vivían Melba Hernández y Haydeé Santamaría. 

En 1954 va a prisión al ser juzgado por la ocupación de uniformes militares, dinamita, granadas y niples en el laboratorio que dirigía en la calle Salud 222. Junto a él cayeron presos los hermanos Armando y Enrique Hart Dávalos, José (Pepe) Prieto y otros compañeros, pero Faustino no dudó en asumir la responsabilidad.2 Condenado a tres años y medio, sale en libertad como resultado de la amnistía a los presos políticos  decretada en mayo de 1955 por el gobierno debido a la presión popular y la proximidad de elecciones, la misma por la cual son liberados Fidel y sus compañeros ex-asaltantes del Moncada del Presidio Modelo.

Su posición, para entonces, en la vanguardia revolucionaria cubana la demuestra su inclusión en la Dirección Nacional  del Movimiento Revolucionario 26 de Julio (M-26-7)  desde su fundación el 12 junio de 1955. En esa primera Dirección Nacional su nombre figuraba junto al de Fidel Castro, Melba Hernández, Haydeé Santamaría, Antonio (Ñico) López, Pedro Mirét Prieto, Jesús Montané, Armando Hart, Juan Manuel Márquez, Pedro C. Aguilera González, José A. (Pepe) Suarez Blanco y Luis Barreto Milián, una muestra de la confianza y reconocimiento que se le tenían. 

Una de las primeras acciones que acomete Faustino Pérez desde esta responsabilidad, junto a aquellos compañeros que no se vieron obligados por la persecución batistiana a emigrar a México con Fidel, es llevar a cabo la organización del M-26-7 en todo el país, en la total clandestinidad. Su impronta y dotes organizativas se reflejan también en la dirección y edición de Aldabonazo, primer órgano divulgativo e informativo del Movimiento y en Revolución, su sucesor.

En 1956 las actividades clandestinas y responsabilidades de Faustino lo hicieron viajar en varias oportunidades a México con el consiguiente riesgo de ser detenido. En febrero es el portador de los primeros fondos recaudados por el movimiento en su primer semestre de actividad: 8 000 dólares destinados a organizar la expedición armada.4

En septiembre regresa y participa en las reuniones efectuadas entre el M-26-7 y el  Directorio Revolucionario representados por José Antonio Echeverría, Fructuosos Rodríguez, Faure Chomón y otros, en busca de coordinar acciones y unificar criterios entre las dos agrupaciones  revolucionarias. El resultado de esas reuniones fue la firma de la Carta de México.

Durante esta visita, Fidel, Frank País y Faustino conciben y acuerdan el plan de acciones a desarrollar en Cuba en apoyo al planificado desembarco revolucionario.

Los últimos viajes del año tuvieron lugar en octubre. A inicios del mes  llega brevemente a México portador de fondos una vez más y, sin llegar a Cuba, lleva instrucciones de Fidel a los dirigentes del Movimiento en Miami.  Al regresar, Fidel le asigna la responsabilidad de dirigir política y administrativamente el campamiento de entrenamiento de Abasolo, en Tamaulipas. En los días previos a la partida del yate Granma desde Tuxpan, Faustino y José Smith Comas, entrenador militar de Abasolo, conducen a los combatientes entrenados hasta el lugar de embarque.

A bordo del Granma, con el grado de capitán, Faustino comparte con Juan Manuel Márquez la jefatura del Estado Mayor, en una Jefatura de la expedición encabezada por el Comandante en Jefe, Fidel Castro, los jefes de columnas José Smith Comas, Juan Almeida Bosque y Raúl Castro Ruz y otros compañeros en otros cargos.

Tras la odisea de la travesía y el desembarco, los expedicionarios reciben su bautismo de fuego el 5 de diciembre en Alegría de Pio. Los testimonios de sus compañeros sitúan a Faustino, no solo defendiéndose bravamente con su pistola ametralladora, sino prestando auxilio a los heridos  dondequiera que se encontraban, como médico combatiente.

Al final del combate Faustino se encuentra solo. Sobre esta experiencia escribiría posteriormente: “(…) jamás olvidaré los silenciosos y fervientes diálogos bajo la paja de la caña con la muerte en acecho, jamás ha dejado de influirme y ayudarme aquella gran lección de fe. Fidel nunca dio cabida a la idea de la derrota, siempre mantuvo la convicción del reencuentro, del reinicio y desarrollo de la lucha, de la victoria del pueblo”.2

Al anochecer del propio día 5, Faustino se encuentra con Fidel y Universo Sánchez, y juntos comienzan a desplazarse con todo cuidado en dirección a las montañas de la Sierra Maestra. Varios días después, entran en contacto con Guillermo García Frías, Ignacio Pérez, Mongo Pérez y otros campesinos, y son conducidos a Purial de Vicana, donde se reencuentran con los grupos encabezados por Raúl Castro y Juan Almeida. Este reencuentro pasó a la historia de nuestro país con el nombre de encuentro de Cinco Palmas, debido a que el lugar era conocido también con ese nombre.5

En Cinco Palmas recibe Faustino el encargo de llevar a las ciudades la noticia de que Fidel vivía y el núcleo guerrillero proseguiría la lucha, así como de tratar de enviar a la Sierra Maestra a periodistas dispuestos a informar nacional e internacionalmente ese hecho, para contrarrestar la desinformación oficial de que Fidel y sus compañeros expedicionarios habían muerto todos.

En cumplimiento de ello, en febrero de 1957 Faustino realiza otro riesgoso viaje a la Sierra Maestra para participar en una reunión de la Dirección Nacional del Movimiento. Consigo lleva al periodista del New York Times, Herbert Matthews, quien entrevistaría a Fidel el 17 de febrero. Con la publicación de la entrevista el 24 de febrero, de dos artículos valorativos de la situación general en Cuba en días siguientes y de una foto de Matthews departiendo con Fidel el día 28, se dio  a conocer al mundo la vigencia del foco guerrillero, y se propinó un duro mentís internacional a la versión oficial del  gobierno dictatorial de Batista que se empeñaba en negar la veracidad de la noticia.

También en Cinco Palmas, Faustino recibe la misión de reorganizar la dirección del M-26-7 donde fuera necesario para que el Movimiento en todo el país encaminara su actividad a brindar apoyo a los combatientes de la Sierra Maestra. Para cumplirla, a finales de 1956  Faustino se entrevista con Celia Sánchez en Manzanillo, con Frank País, Armando Hart, Haydeé Santamaría y Vilma Espín en Santiago de Cuba, y en unión de Frank  acometen la reestructuración del M-26-7 en Santa Clara y La Habana.

El arrecio de la persecución policiaca posterior al frustrado asalto a Palacio por el Directorio Revolucionario, en apoyo al cual Faustino -a nombre del Movimiento-  había organizado varias acciones, conduce a su detención el 19 de marzo de 1957.2 Durante 28 días permaneció incomunicado y esposado en una celda, bajo torturas y amenazas constantes.

Tras ser trasladado al Castillo del Príncipe, protagonizó y dirigió una masiva huelga de hambre de presos políticos entre los que estaban también Sergio González (el Curita) y Arístides Viera (Mingolo). Su participación en esta huelga  generó gran preocupación entre familiares y compañeros, teniendo en cuenta la úlcera estomacal que Faustino padecía. En la figura se observa a Faustino (sentado, tercero de derecha a izquierda) durante la huelga de hambre.

La repercusión mediática y social de la huelga provocó la salida en libertad condicional de un grupo de combatientes, Faustino entre ellos, el 26 de julio de 1957.

El asesinato de Frank País el 30 de julio repercute profundamente en Faustino: existía entre los dos una identificación política absoluta, una estrecha amistad y hermandad forjadas en la fragua del accionar clandestino compartido y una admiración y reconocimiento mutuo al coraje y la valentía derrochada por ambos. La pérdida hace que Faustino concientice la importancia de preservar la vida de cada revolucionario ante la nueva etapa de lucha que se avecinaba, y solicita a sus compañeros que en El Príncipe continuaban la huelga de hambre que la abandonen. 

En representación de la Dirección del Movimiento, coordina con oficiales de la Marina de Guerra en La Habana, Santiago de Cuba, Cienfuegos y Mariel el apoyo a la sublevación planificada para el 5 de septiembre de 1957. Finalmente la sublevación se produce solo en Cienfuegos, donde los marinos y miembros del M-26-7 toman la ciudad durante todo un día. En el resto del país la acción no se produce debido al aplazamiento acordado por los jefes militares de la conspiración y no comunicado al Movimiento.

A finales de 1957 e inicios de 1958 Faustino está enfrascado en el proceso de preparación de la Huelga General Revolucionaria. Al frente del Movimiento 26 de julio en La Habana, organiza, dirige y participa personalmente en múltiples acciones. “La Noche de las Cien Bombas” estremeció la ciudad y demostró el arrojo, organización y eficacia de los combatientes clandestinos en noviembre de 1957. El 23 de febrero, un comando dirigido por Faustino secuestró al campeón mundial argentino de Fórmula 1, Juan Manuel Fangio, demostrando la capacidad de acción del Movimiento  y desmintiendo las aseveraciones del gobierno batistiano de su control de la situación en el país.6

Convocado por Fidel, Faustino sube a la Sierra nuevamente a principios de marzo de 1958, para participar en una reunión de la jefatura del Movimiento donde acuerdan declarar la Huelga General en el mes de abril. Faustino es delegado para informar los planes y solicitar el apoyo del Partido Socialista Popular y del Directorio Revolucionario, lo que lleva a cabo a su regreso a La Habana.

Finalmente la huelga se declara el 9 de abril, y a pesar de las numerosas acciones realizadas en todo el país, fracasa con grandes pérdidas entre sus participantes. Resultó un duro revés por el que Faustino, en su honradez y conciencia, se culpó y fue culpado por muchos compañeros. Según el estudioso de la vida de Faustino, Dagoberto Pérez Pérez, fundador en Sancti Spíritus de la Cátedra Faustino Pérez, en carta enviada a Armando Hart el 3 de octubre de 1958, le expresaba: “No quedaba ilesa mi sensibilidad ante la caída de tantos combatientes, promesas en crecimiento que se pierden para la obra de creación futura y realidades necesarias de la lucha presente.”7 El compañero Fidel, que le conocía profundamente y con su intuición y capacidad de análisis presentía lo difícil que debía ser para Faustino ese hecho, le escribió el 25 de abril: “… tienes que saber ser grande para afrontar la injusticia y ser valiente para soportar el dolor moral sin dejarte llevar por los consejos del amor propio. La calidad de los hombres no puede medirse sino en instantes como estos, y quien tenga sangre de luchador nada puede amar tanto como a los momentos difíciles.”7

No obstante el fracaso, la huelga contribuyó al despertar de la conciencia patriótica y revolucionaria del pueblo, a su unidad y decisión de lucha por un lado, y a la subestimación por parte del régimen militar de la beligerancia y potencial de lucha del pueblo y el Ejército Rebelde, factores que conducirían finalmente al triunfo revolucionario del Primero de Enero.

El 3 de mayo de 1958, la Dirección Nacional del Movimiento 26 de julio se reúne en Altos de Mompié, y se analizan los errores cometidos en la organización y desarrollo de la Huelga del 9 de Abril. Con su proverbial honestidad y ética, Faustino reconoce su cuota de responsabilidad en ella. Allí Faustino es ratificado en la dirección del Movimiento con los grados de Comandante.8

El 28 de junio vuelve a la Sierra hasta el triunfo definitivo. (4) En correspondencia con el reconocimiento a su valor, osadía y honestidad le son encomendadas riesgosas e importantes misiones. Junto a Fidel participa en el combate de Santo Domingo y se mueve hacia diversos escenarios de lucha, participa en la recepción de aviones con armamento y municiones y en la entrega de prisioneros a la Cruz Roja Internacional. Cuando el territorio liberado en la Sierra adquiere una dimensión importante, y como realización de los futuros planes de la Revolución en el poder, es designado por Fidel responsable de la Administración Civil del Territorio Liberado, que fundó escuelas y hospitales, construyó caminos, organizó a los campesinos, instauró el orden público y jurídico, organizó e implantó un sistema impositivo, y otras medidas que fueron el preludio a la obra de la Revolución tras el triunfo.

A finales de diciembre está  junto a Fidel cuando se libraban los combates de Maffo y Palma Soriano, y entra con Fidel a Santiago de Cuba el día 1ro de enero por la noche.

Tras el triunfo, Faustino Pérez integra el primer Gobierno Revolucionario, nombrándosele Ministro de Recuperación de Bienes Malversados (MRBM). En menos de seis meses de trabajo, este ministerio recuperó veinte millones de pesos en efectivo y  cincuenta millones  en bienes materiales. En el acto de conmemoración de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes el 26 de julio de 1959, en el propio Moncada, Faustino hizo entrega de esa suma a Fidel para la Reforma Agraria. Para finales de 1959 el MRBM había recuperado más de 400 millones de dólares.2

La experiencia acumulada y los éxitos obtenidos por Faustino al frente de la Administración Civil del Territorio Liberado y su preparación médica coadyuvan al planteamiento de una nueva misión a inicios de 1960: la organización del Servicio Médico Rural en la Sierra Maestra, actividad que acomete con ímpetu y entrega, y desarrolla exitosamente.

Desde los primeros años de la Revolución las agresiones protagonizadas, organizadas y dirigidas por los gobiernos estadounidenses y sus instituciones proliferaron. Todo el pueblo cubano y su dirigencia se alzaron y dieron la respuesta adecuada a cada una de ellas.

En la lucha contra los  bandidos que azotaban el Escambray, Faustino fue designado jefe de una de las zonas de operaciones, la número 2, y estableció su comandancia en La Felicidad.

El 4 de abril de 1961, en aras de fortalecer las Fuerzas Armadas Revolucionarias, se crea el Ejército Central por orden del Comandante en Jefe Fidel Castro, con jefatura en Santa Clara. Al frente del mismo es designado el Comandante Juan Almeida Bosque, y en la Jefatura de Sanidad Militar de su Estado Mayor fue designado el comandante Faustino Pérez Hernández.  Como parte de esta fuerza, estuvo presente en los combates que rechazaron el desembarco mercenario por Playa Girón.

De vuelta a las actividades administrativas, Faustino organiza el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos9 y está al frente de él desde el 10 de agosto de 1962, fecha de su fundación, y hasta mayo de 1969. Su obra creadora está presente en decenas  de presas, embalse y otras obras hidráulicas a todo lo largo y ancho del país. Posteriormente, también funda los Servicios Comunales.

Miembro del Comité Central del Partido  Comunista de Cuba desde su constitución en  1965, Faustino fue ratificado en el Primer, Segundo, Tercer y Cuarto Congresos.

En el período comprendido entre 1969 y 1973,  Faustino fungió como Primer Secretario del Comité Regional del Partido Comunista de Cuba en Santi Spíritus y la labor desarrollada le hizo merecedor del respeto y agradecimiento del pueblo espirituano. El Hospital Pediátrico, el jardín zoológico provincial, el plan arrocero Sur del Jíbaro, la presa Zaza  son el resultado de su gestión.10

Entre marzo de 1973 y marzo de 1977, con la misma responsabilidad, entrega y dedicación que caracterizó siempre su desempeño, Faustino fue embajador de la República de Cuba en la República de Bulgaria con loables resultados.

Posteriormente fue designado Jefe de la Oficina de Atención a los Organos Locales del Poder Popular adscrita al Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, cargo que desempeño hasta 1989. En este último año, a pesar de la edad y una enfermedad cardiaca,  solicita su liberación y asignación como Jefe del Plan de Desarrollo de la Ciénaga de Zapata. Hasta su muerte, el 24 de dicembre de 1992, se dedicó a impulsar el desarrollo económico y social de la Cienaga de Zapata, uno de los lugares más aislados y míseros de la Cuba pre-revolucionaria.2,11

 

CONCLUSIONES

Faustino Pérez Hernandez no será olvidado nunca por los cubanos porque la obra de su vida dejó improntas en muchas páginas gloriosas de la historia reciente de la Patria. Sirva de conclusion a este trabajo la siguiente valoración de Armando Hart Dávalos, compañero de luchas y de ideas, aparecida en el artículo periodístico “Faustino Pérez: paradigma de revolucionario”: “Hombre cabal en el sentido más estricto de la expresión, su pasión por el trabajo con el pueblo era una de sus principales cualidades. Es a veces difícil encontrar conjugados el carácter combatiente y la capacidad de comprender a las personas (…). Solo lo logran quienes tienen un sentido concreto de lo humano como lo primero y más importante que debemos defender los revolucionarios”. (11) Así fue Faustino y debe conocersele para seguir su ejemplo.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1- Suárez Suárez R. Faustino dejando jirones de sí mismo. La Habana: Ediciones Unión; 2012.

2- Cátedra Faustino Pérez. Comandante Dr. Faustino Pérez Hernandez. Sintesis biográfica.

3- González Rodríguez E, Pérez Pérez D. Pasión martiana de Faustino. Escambray. 20 May 2000; Variada:4.

4- Borrego ML. Faustino Pérez Hernández. Hermandad a prueba del tiempo [Internet]. La Habana: Artículos de Prensa y de otros medios de difusión escritos; 2005 [citado 29 Mar 2018]. Disponible en: https://faustinoperezhernandez.wordpress.com/category/articulos-de-prensa-y-de-otros-medios-de-difusion-escritos/

5- De Alegría de Pío a Cinco Palmas. Grupo de Fidel. Granma. 21 Dic 2006; Especial: 4-5.

6- García PA. FAUSTINO PÉREZ: Ser revolucionario, razón de su vida. Bohemia digital [Internet]. 23 Dic 2017 [citado 29 Mar 2018]. Disponible en: http://bohemia.cu/historia/2017/12/faustino-perez-ser-revolucionario-razon-de-su-vida/

7- Perez Perez D. Tienes que saber ser grande. Escambray. 10 Abril 2004; Variada:4.

8- Infante Urivazo E. La reunión de Altos de Mompié. Granma. 3 May 2008; Especial: 3-6.

9- Borrego JA. El Comandante Faustino. Granma. 15 Feb 2005; Nacionales:3.

10- Redacción Escambray. Faustino Pérez Hernández: Paradigma para la actualización del modelo económico cubano. Escambray [Internet]. 24 Dic 2012 [citado 29 Mar 2018]. Disponible en: http://www.escambray.cu/2012/faustino-perez-hernandez-paradigma-para-la-actualizacion-del-modelo-economico-cubano/

11- Hart Dávalos A. Faustino Pérez: paradigma de revolucionario. Juventud Rebelde. 13 Feb 2010; Opinion:2.

 

 

Recibido: 2/4/18
Aprobado: 5/4/18

 

 

Mabelis Pérez del Castillo. Universidad de la Habana. La Habana, Cuba. Correo electrónico: joeldias.mtz@infomed.sld.cu

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