El desempeño docente no es solo para los egresados de las escuelas pedagógicas. En las ciencias médicas se evidencia una creciente demanda de personal preparado para trabajar en la formación de los estudiantes de las diferentes carreras del sector de la salud pública cubano. Mediante el movimiento de AA los futuros egresados tienen la oportunidad de acercarse a la labor docente, por lo que es necesario fortalecer este proceso con profesores bien preparados, que contribuyan a desarrollar capacidades, habilidades y actitudes propias del trabajo docente.⁴

Apropiarse de las principales categorías y herramientas de la didáctica, desde los primeros años de estudios, permitirá al AA acentuar el carácter dialógico del proceso de aprendizaje, poniendo en consideración la importancia de los vínculos entre los aspectos prácticos, emocionales, educativos y cognitivos ligados al proceso de enseñanza-aprendizaje, también, introducirse en la dinámica del trabajo en el aula. Ello le concederá protagonismo en la elaboración y desarrollo de su práctica educativa en un contexto social, con poder en la transformación de sí mismo y de la propia práctica.⁵

Las autoras coinciden con otros investigadores al considerar que, en el orden pedagógico, resulta vital la inclusión de aspectos referentes al proceso docente como proceso de dirección. El trabajo metodológico que se desarrolla en el contexto universitario, en estrecho vínculo con la formación ética y humanista del profesional de la salud, es otro aspecto medular y unido al papel que desempeñan los AA en el desarrollo de la docencia en la educación superior cubana.⁶

Los AA egresados de las ciencias médicas no solo deben desempeñarse en la actividad asistencial, sino también en la docente y en la investigativa. Por ello, durante el pregrado deben prepararse de forma curricular para el cumplimiento de estas tareas.

En las licenciaturas en Enfermería y en Tecnología de la Salud, en sus ocho perfiles, reciben en el primer semestre del cuarto año la asignatura Proceso de Enseñanza-Aprendizaje, la que contribuye a la preparación de los estudiantes y principalmente a los que integrarán el movimiento de AA. Los elementos básicos de Pedagogía y Didáctica que contiene esta asignatura pueden llevarlo a la práctica.

Las autoras consideran la inclusión de esta asignatura como una fortaleza, pero pudiera impartirse desde los primeros años, lo que ayudaría a la formación vocacional de los estudiantes y a la incorporación al movimiento de AA, que inicia para los que cumplen con los requisitos de ingreso, en el primer semestre del segundo año, y se extiende hasta concluir los estudios de pregrado.

Al movimiento de AA se incorporan estudiantes de todas las carreras, pero por lo general el mayor número que lo representa corresponde a la de Medicina, a pesar de tener la desventaja de no incluir en su formación curricular la pedagógica, por lo que se hizo necesario en el diseño del Plan de Estudios D, establecer estrategias curriculares para la formación en pregrado y abarcar entre otras la Pedagogía.

Es contradictorio entonces lo que se constata con frecuencia en la práctica educativa con respecto a los aportes pedagógicos. No existe una concepción uniforme y propia del sistema de conocimientos de esta materia desde el propio currículo, que tributa a insuficiencias en la práctica con respecto a la preparación pedagógica.

La inadecuada preparación pedagógica se manifiesta en: ^7,8

• Insuficiencias en la contextualización de los componentes del proceso docente-educativo como en las formas organizativas.

• Limitaciones en la comprensión de la necesidad de orientar sobre aspectos pedagógicos en el proceder médico.

• Insuficiencias en la realización de tareas integradoras curriculares para la contribución a la formación pedagógica.

• No aprovechamiento al máximo de las potencialidades que brindan los contenidos de las disciplinas Inglés, Filosofía, Historia, Psicología, entre otras, para orientar a los estudiantes hacia la función pedagógica.

Para las autoras, estas insuficiencias se deben principalmente a la desmotivación de algunos docentes en el cumplimiento de las orientaciones establecidas en las resoluciones por los tutores y otros responsables de esta formación, y por la inexistencia de programas y guías que permitan un mejor desempeño de los actores responsables de los AA.

En el caso de la motivación hacia el actuar pedagógico, esto resulta un factor determinante en el desarrollo adecuado del AA. Por ello son necesarias nuevas acciones que permitan su impulso, por ejemplo, la participación activa en festivales de la clase y la realización de actividades pedagógicas en la educación en el trabajo. Creemos que cada una de las formas organizativas requiere de una cuidadosa preparación didáctica, sin dejar lugar a la improvisación.

Las incoherencias que se evidencian en la actuación del AA, con respecto a las exigencias del movimiento relacionadas con la preparación pedagógica, para algunos investigadores, se deben a la escasa proyección desde la tutoría, que se limita esencialmente a la enseñanza de contenidos y desarrollo de habilidades propios de la especialidad; el estudiante se puede apropiar de aspectos pedagógicos al observar el actuar de su profesor en los momentos y espacios en que comparten, pero de manera intencionada no existe. En espacios de debate académico, los docentes han mostrado preocupación por la escasa formación pedagógica que impera en algunos.^4,9

Autores como Portuondo y Méndez¹⁰ revelan que las causas fundamentales de las insuficiencias en la formación pedagógica de los AA recaen en la falta de trabajo sistemático del tutor, que trae como consecuencia que la formación didáctica no esté al mismo nivel de la formación médica, lo que debe ir a la par.

Las autoras opinan que a pesar de ser los tutores los responsables de la atención metodológica de los AA, es necesario la integración de los procesos sustantivos universitarios que contribuyan a la formación de un profesional de la salud con un alto perfil pedagógico.

Consideramos que el trabajo metodológico debe desarrollarse en función de revelar el rol de los diferentes factores y escenarios que participan en la formación integral del AA; un elemento esencial lo constituyen la Federación Estudiantil Universitaria y la Unión de Jóvenes Comunistas, que desempeñan un significativo papel en la formación de los estudiantes. Cuando estas organizaciones logran cohesión en su funcionamiento, representatividad e identificación con sus miembros, sus influencias educativas garantizan la participación activa y consciente de los estudiantes, el compromiso, la responsabilidad y la formación de otras cualidades morales, con altos niveles de autonomía.

La opinión de las organizaciones estudiantiles se tendrá en cuenta unida a la del tutor, para la evaluación del trabajo de los AA. Al finalizar cada curso académico, se realizará a partir del cumplimiento del plan de trabajo, los resultados docentes alcanzados y la disciplina observada. El jefe del departamento es el responsable de esta evaluación, y analizará el resultado con el estudiante y el tutor designado, lo que se colocará en el expediente del AA.

Un papel importante lo juega el profesor guía, desde su labor educativa en la orientación, confección y ejecución del Proyecto Integral de Trabajo Educativo (PITE) -instrumento de integración, que se confecciona desde la brigada y brinda la posibilidad de diseñar acciones dirigidas a despertar el interés hacia la actividad pedagógica.

Impulsar una mejor preparación pedagógica de los AA es también una responsabilidad social de la universidad médica, dada por la necesidad de la formación de docentes competentes, capaces de asumir procesos no solo instructivos, sino también educativos y desarrolladores. La preparación debe ser amplia, específica y profunda, más eficiente que la que le aportan los curso destinados al movimiento de AA y la limitada preparación que pueda ofrecer el tutor.

Además, es necesaria la integración de todos los involucrados en esta formación, y la aplicación de programas, guías, recursos y nuevas estrategias que sean aplicables en cualquier escenario docente. El movimiento de AA que poseen diferentes tutores y se insertan en diferentes escenarios, debe acceder de manera uniforme a una preparación pedagógica, que no se deje a la espontaneidad del estudiante, a la disponibilidad de tiempo, los recursos didácticos a emplear o del significado y sentido que los responsables le atribuyan en realidades diversas.

Los alumnos que integran el movimiento de AA deben estar preparados para resolver problemas reales y cotidianos que se presentan en los escenarios docentes en que se desenvuelven. Deben estar entrenados en trabajar con las diferentes formas de organización de la enseñanza, aspecto que se considera esencial para el desempeño de la actividad docente. Este aspecto es uno de los contenidos de la asignatura Proceso de Enseñanza Aprendizaje, que ofrece una definición conceptual muy necesaria y oportuna con relación a la educación y la instrucción, la enseñanza y el aprendizaje, lo que contribuye a desarrollar en los estudiantes las potencialidades necesarias para convertirse en futuros docentes.¹¹ Esta asignatura brinda la posibilidad de influir en la formación de la personalidad como objeto esencial de la educación y la función social de la educación.