A principios de agosto de 2022, el sistema de salud cubano, unido a otros sectores de la sociedad, enfrentó un incendio de grandes proporciones en la zona industrial de Matanzas. Fueron días tristes para la ciudad, para Cuba, pero al mismo tiempo de derroche de valentía, tenacidad y solidaridad. Días grises, de luto por las pérdidas humanas, por los valerosos jóvenes que ofrendaron sus vidas.

La participación de trabajadores, profesionales y directivos del sector de la salud resultó decisiva para atender a numerosas personas afectadas por el fuego, y garantizar así una atención esmerada tanto a ellas como a sus familiares. Se demostró, una vez más, la capacidad de integración de este sector con la sociedad, su compromiso, y la calidad humana y profesional de quienes lo componen.

Mención aparte merecen los directivos del sistema de salud, quienes exitosamente -como lo han hecho a lo largo de la historia- tomaron las decisiones correctas, sin pesimismo ni desaliento, seguros de que los resultados se lograrían y de que cumplirían su misión.

Y es que la labor directiva es de vital importancia para lograr un desempeño organizacional exitoso. Contar con directivos preparados, con competencias laborales que incluyen conocimientos, destrezas, emociones, valores, actitudes y aptitudes, garantiza el cumplimiento de los objetivos estratégicos de las organizaciones y, por ende, de los principales indicadores propuestos.

No cabe duda de que ser un directivo es todo un reto, dada la turbulencia del entorno y los rápidos cambios que este genera, lo cual, unido a las dificultades que enfrenta la sociedad cubana, convierten el proceso de gestión en uno de los procesos estratégicos más importantes. Por ello, se hace cada vez más complejo dirigir; es una experiencia desafiante que requiere de sólidos conocimientos puestos en práctica de modo eficaz.

La época actual está marcada por la necesidad de una renovación del proceso de dirección en todos los ámbitos, y en particular en el de la salud, donde los directivos tendrán que asumir contingencias distintas a las que tradicionalmente han afrontado.

Cuba es ejemplo para el mundo, por contar con un sistema de salud digno, con enfoque en proceso, priorizado por el Gobierno y liderado por un ejército de batas blancas que ha demostrado integralidad en su desempeño, calidad en su gestión, y compromiso con el país y el mundo, al salvar numerosas vidas de forma desinteresada; sistema que salva a su pueblo y a otros que lo han requerido, a pesar de las adversidades que vive el país.

En medio de tales circunstancias, el sistema de salud cubano prosigue 2022 con la satisfacción de haber enfrentado, junto a los héroes de la salud -en ocasiones anónimos-, y con todo el pueblo, problemas económicos, políticos y epidemiológicos, para seguir siendo un sistema de salud exitoso