La gestión universitaria en las universidades médicas: retos y realidades

La gestión, como disciplina, surge a raíz del propio desarrollo de la sociedad y de las transformaciones que han ido ocurriendo en otros sectores, entre los que destaca el empresarial, debido al incremento de la competencia y los constantes cambios en el entorno. De forma paulatina, ha ido evolucionando y enriqueciéndose con herramientas novedosas, reconociéndose en la actualidad a las universidades como objeto de gestión; ellas están llamadas a desempeñar un papel integrador en las sociedades, garantizando la formación del capital humano con valores culturales, éticos, y compromiso y responsabilidad en el puesto asignado.

El componente humano ocupa un lugar primordial dentro de la gestión, lo que marca la diferencia en las organizaciones actuales, y en particular en las universidades, donde la gestión del conocimiento favorece el desarrollo de habilidades, destrezas y competencias en cada colaborador, lo que constituye ventajas con respecto a otras organizaciones con el mismo objeto social.

La educación universitaria es clave en la formación integral del hombre, pues no solo enfatiza en la formación de profesionales para un área del conocimiento o de actuación determinada, sino que se sustenta en su carácter de servidor público, con el deber de lograr la pertinencia necesaria con el entorno y cumplir los planes, programas y proyectos de sus procesos sustantivos: docencia, investigación y extensión.

La participación del capital humano, a través de grupos y estructuras, impacta en el comportamiento organizacional, con el propósito de implementar las competencias formadas y desarrolladas en la mejora de la eficacia de la organización, donde subyacen tres dimensiones fundamentales: estratégica, psicosocial y antropológica.

Las universidades médicas cumplen las premisas expuestas con anterioridad, responden a las demandas y necesidades del sector de la salud, y se comprometen en formar a un servidor público que impacte en la implementación de las políticas públicas para la mejora del estado de salud de la población. Como instituciones de educación superior, pretenden dar respuesta a las necesidades del desarrollo social; de ahí la idea de que la universidad es una entidad que promueve el bienestar y el progreso, y que a partir de su dinámica irriga todos los campos de acción. Se distinguen de otras universidades y, al igual que ellas, potencian rasgos propios, como su carácter institucional, humanizante, dinámico, comunitario y profesional. Ellas influyen de modo decisivo con su rol formador, al promover en los individuos estilos de vida saludables, que a su vez favorecen alcanzar y mejorar continuamente los indicadores de salud propuestos.

Obtener tales propósitos requiere realizar una gestión universitaria que se caracterice por la calidad de todos sus procesos, que se corresponda con las necesidades actuales y se integre de manera armónica con el sistema de salud.

En Cuba, las universidades médicas son organizaciones priorizadas tanto por el Estado como por el Ministerio de Salud Pública, quien las representa como Organización de la Administración Central del Estado y metodológicamente sigue las reglamentaciones y disposiciones establecidas por el Ministerio de Educación Superior, encargado de trazar las pautas para lograr un mejor desempeño de las universidades y hacer realidad los retos de la educación superior para el presente siglo -calidad, pertinencia e internacionalización-, así como los objetivos tres y cuatro del desarrollo sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

La Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas se constituyó mediante la Resolución No. 218 de 2009 del Ministro de Salud Pública. En su gestión implementa la filosofía de Dirección Estratégica, dirección por objetivos basada en valores, y realiza la gestión universitaria a través de 13 procesos que garantizan la pertinencia integral; es considerada una institución de educación superior y obtuvo la categoría superior de acreditación certificada en 2021, otorgada por la Junta de Acreditación Nacional.

Cada uno de estos niveles asegura sus actividades de dirección mediante la planificación de las actividades y sus aseguramientos. Está revestida de responsabilidad para el desarrollo de los programas formativos y la dirección de los procesos sustantivos, y garantiza el control del cumplimiento de sus indicadores, lo que ha favorecido la acreditación de dos carreras y 15 especialidades de posgrado, muestra del desarrollo logrado con la implementación de un eficaz sistema de gestión de la calidad.

La integración de los trece procesos y la internacionalización, constituye un reto para alcanzar la excelencia como institución. Elaborar un modelo de gestión universitaria con enfoque en proceso, que se adecue a las características y condiciones de la universidad, es parte de su visión de futuro como garantía de convertir los retos en realidades

Historial:
  • » Recibido: 23/02/2023
  • » Aceptado: 24/02/2023
  • » Publicado : 01/03/2023

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